jueves, 26 de enero de 2017

"El antisemitismo sigue proliferando", denuncia Guterres en vísperas del Día de las Víctimas del Holocausto (Audio)

* Actitud negacionista de las autoridades americanas hacia los derechos humanos: González Pérez

* Antecedente del Muro de Trump el de Varsovia, Polonia en 1940 para delimitar el Gueto


Por Carla GARCÍA y Gisel DUCATENZEILER
Periodistas de nuestra asociada RNU


El Secretario General de la ONU,
António Guterres.
Foto de archivo: ONU/ Jean Marc-Ferré
El holocausto no fue sólo el resultado de la locura de los criminales nazis, sino la culminación de milenios de odio y discriminación hacia los judíos. Así lo afirmó este jueves el Secretario General de la ONU, en vísperas del Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, que se celebra cada 27 de enero, fecha en la que el Ejército Rojo liberó el campo de concentración de Auschwitz en 1945.

En un mensaje de video, António Guterres dijo que el mundo tiene el deber de recordar esa tragedia sin parangón en la historia de la humanidad, que intentó eliminar al pueblo judío y a muchas otras personas. Guterres alertó sobre el resurgimiento de esos sentimientos contra algunos colectivos.

"Por desgracia, y en contra de nuestro propósito, el antiantisemitismo sigue proliferando. También estamos viviendo un aumento muy preocupante del extremismo, la xenofobia, el racismo y el odio dirigido contra los musulmanes. La irracionalidad y la intolerancia están de regreso", advirtió Guterres.

El Secretario General insistió en que esta tendencia va en contra de los valores consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Añadió que la ONU nunca podrá permanecer en silencio ante el sufrimiento humano y que seguirá abogando por la defensa de los más vulnerables y por llevar a los criminales ante la justicia.

Para concluir su mensaje, Guterres llamó a honrar a las víctimas del holocausto y a construir un futuro de dignidad e igualdad para todos.

Actitud negacionista de las autoridades americanas hacia los derechos humanos


De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político


Entrevista de los medios al presidente de la CNDH, Luis Raúl González Pérez

Pregunta: ¿Cuál es este momento que vive el país?

Respuesta: Pues es un momento delicado, es un momento donde pues se cambió radicalmente las relaciones entre los países. Ustedes están viendo que hay una actitud negacionista de las autoridades americanas hacia los derechos humanos, que es el tema que yo puedo hablar.

No se puede entender esos discursos que incurren en esta denostación de lo que es la dignidad humana, el muro es una expresión precisamente de ese sentimiento de xenofobia, de racismo, de discriminación que hemos rechazado y condenado.

Yo he dicho el único muro es el de la dignidad. Y ayer decía yo que cualquier negociación que tengan las autoridades mexicanas, tiene que privilegiarse la dignidad de las personas, el bienestar de los mexicanos.

Y por eso decía yo ayer, que suscribo esto que dijo el presidente de la República. De los 10 objetivos que planteó, el primero es precisamente la atención hacia nuestros connacionales, hacia los migrantes; por eso todos debemos estar de acuerdo en que esa deba ser la actitud. Y como lo dije en este discurso, estar atentos a la unidad, son momentos precisamente de que todos los mexicanos y mexicanas, todos los sectores estemos atentos precisamente hacer un frente común, de alzar la voz en contra de estos discursos que van en contra de los derechos humanos universalmente reconocidos, que lamentablemente los Estados Unidos no han reconocido mucho de los tratados.

Esa es la diferencia de México, fíjense, con los Estados Unidos. México se abrió al escrutinio y tenemos aquí la presencia del Alto Comisionado, tenemos varios comités, tenemos relatores.

Quiero decirles que nosotros nos vamos a dirigir al relator de migrantes de los Estados Unidos, haciéndole ver la situación para que esté atento a esta circunstancia.

Más allá del reconocimiento o no a esas jurisdicciones de parte de los Estados Unidos, el relator creo que tendría la capacidad de la ONU de alzar la voz y ver por los connacionales, y no solamente por nuestros connacionales, sino por los migrantes en los Estados Unidos.

Muchas gracias, muy amables.

Antecedente del Muro de Trump el de Varsovia, Polonia en 1940 para delimitar el Gueto


De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político


Palabras de Luis Raúl González Pérez, presidente de la CNDH en el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México en el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto establecido por la ONU el 27 de enero

Saludo y agradezco a nuestra anfitriona, Sharon Zaga, Presidenta del Museo Memoria y Tolerancia y reconocida con la Mención Honorífica del Premio Nacional de Derechos Humanos 2016, quien se ha convertido en una cercana amiga del Organismo Nacional de Protección de los Derechos Humanos.
Muy querida Alexandra Haas, Presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, colega y aliada en la construcción de una cultura de igualdad en la que las diferencias no sean motivo de discriminación, sino causa de nuestra riqueza cultural, muchas gracias por la colaboración del CONAPRED en la organización y convocatoria de este evento.

A la Presidenta de la Asociación Yad Vashem México, Señora Eva Lijtszain, quiero reiterarle el agradecimiento de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y propio por ayudarnos a preservar la memoria de un acontecimiento tan lamentable que debe servirnos para recordar aquellos errores que no podemos volver a cometer.

Saludo al Señor Moses Romano Jafif, Presidente del Comité Central de la Comunidad Judía en México, asociación con la que encontramos importantes vínculos de identidad como son el respeto, la tolerancia y la construcción de una sociedad donde la paz y la armonía sean base para el entendimiento.

Finalmente, saludo y agradezco profundamente a Miriam Stillman por sus palabras que nos llenan el espíritu al saber que, frente a la adversidad, por más profunda que esta sea, siempre existirá un resquicio por el que la luz de la esperanza logre colarse para demostrarnos que una realidad distinta, más humana y benevolente, es posible. Muchas gracias, Miriam, porque su testimonio es historia viva y su valentía ejemplo que debe ser imitado.

Señoras y señores:

Conocer la realidad del pasado nos abre una puerta para entender mejor la realidad de nuestro presente. A través de sus constancias, de sus evidencias, el registro de lo pasado se vuelve memoria, para perpetuar todo lo bueno y digno que merece ser recordado. Para no permitirnos olvidar todo lo indigno y obscuro que no debería repetirse. La memoria implica una historia de vidas, de testimonios, que tienen el poder de transformar y dar sentido a nuestra propia vida. Al recuperar el pasado es posible redefinir el presente, de ahí la importancia de la memoria.

Hace un año, cuando nos reunimos en este mismo espacio con motivo del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, recordamos a las mujeres, hombres, niñas y niños que perdieron la vida o fueron víctimas de sufrimientos atroces, como consecuencia de las acciones de un régimen autoritario que alegando una pretendida superioridad racial y haciendo uso de la fuerza, la violencia y el miedo, llevaron a cabo acciones genocidas que hasta el día de hoy permanecen como uno de los peores actos que jamás se hubiesen cometido, en perjuicio de la dignidad humana.

En ese momento supusimos que recordar y rendir homenaje a las víctimas, así como alzar nuestra voz para decir que “nunca más” permitiríamos que el odio y el rechazo estuvieran por encima de la tolerancia y la inclusión, era suficiente para prevenir que algún régimen, con sustento en un discurso contrario al reconocimiento y respeto de la dignidad humana, pudiera implicar una amenaza para nuestros derechos. Desafortunadamente, los hechos nos están demostrando que estábamos equivocados. La conmemoración de este año se realiza en un contexto en que los derechos humanos están en riesgo.

Como lo he indicado en otros espacios, más allá de la potestad soberana que asiste a todo Estado para organizarse y velar por sus intereses, los cambios que empiezan a suceder en la política migratoria, económica y social de los Estados Unidos de América, al estar acompañados de expresiones de discriminación, misoginia, exclusión, racismo, xenofobia o que atentan contra la dignidad de las personas, deben ponernos en estado de alerta para denunciar y oponernos a las mismas. No podemos permitir que la indiferencia o la resignación haga que asumamos, como parte de nuestra normalidad, el menoscabo a los derechos de las personas y los abusos de poder.

Ayer se anunció el inicio de los trabajos para la construcción de un muro que dividirá México de los Estados Unidos, y que tiene entre otros propósitos contener a las personas que habitan en uno de sus lados, para proteger a quienes lo hacen del otro. No es la primera vez que un muro se alza para dividir comunidades, para dividir y distinguir entre personas que dependiendo de su nacionalidad u origen étnico tienen mayores o menores derechos. Tal vez, el peor ejemplo de ello, sea aquel que se comenzó a construir en noviembre de 1940, en Varsovia, Polonia para delimitar el Gueto que se estableció en dicha ciudad y restringir los derechos de quienes fueron forzados a habitar en el mismo.
El muro, es tan sólo una de las manifestaciones externas de un régimen cuya forma de ejercer el poder, aparentemente implicará la promoción de expresiones que vulneran o desconocen los principios más elementales de dignidad de las personas. La soberbia autoritaria debe ser erradicada. Ante ello, no podemos dar cabida a la indiferencia, a la indecisión, a la falta de acción. En principio, es preciso que denunciemos, advirtamos y condenemos cualquier expresión o medida de este tipo, para lo cual, todos los que estamos comprometidos con el reconocimiento, defensa y promoción de los derechos humanos, debemos integrar un frente común. Que ante la fuerza o la violencia reivindique y recuerde el valor de la vida humana. Que ante el absurdo oponga la razón y ante las amenazas apele al orden y a la justicia.

Hoy vuelvo a insistir en la necesidad de que las y los defensores de derechos humanos, los organismos nacionales y las instancias internacionales, coordinemos nuestros esfuerzos y capacidades para actuar por la defensa de las personas, por la vigencia del régimen internacional de los derechos humanos y por el respeto a la dignidad humana. Estamos ante el inicio de una etapa que demanda nuestra acción coherente, responsable y decidida.

El día de ayer, el Gobierno de la República anunció su compromiso de llevar a cabo un ejercicio pleno de la asistencia consular para procurar la defensa de las mexicanas y mexicanos que viven en los Estados Unidos de América. Dicha medida había sido esbozada por esta Comisión Nacional, por lo que saludamos tal determinación y manifestamos nuestro compromiso con colaborar en el ámbito de nuestras atribuciones en su implementación. Sin embargo, su éxito dependerá de que se cuente con los recursos materiales y el personal debidamente capacitado para llevarla a cabo, lo cual, indudablemente requerirá del concurso y compromiso de los distintos poderes y órdenes de gobierno.
Los momentos que vivimos deben ser de unidad y no de distancia, de entendimiento y no de diferencia, de conciliación y no de enfrentamiento. Supusimos que nunca más tendríamos que actuar ante voces cuyo sonido fuera el eco de la discriminación y la exclusión. Hoy, las amenazas que se ciernen en torno a los derechos y la dignidad de las personas nos llaman a la acción. Estamos ante un punto de inflexión en el que la manera como enfrentemos el entorno que se nos presenta definirá los puntos de equilibrio que como país y sociedad tengamos en el futuro. La suma de voluntades y acciones responsables que cada uno realice, serán la mejor forma de incidir en una defensa positiva de la justicia, de la equidad y de los derechos de las personas, para dejar de lado cualquier política de exclusión, discriminación o miedo.

Espacios como el que hoy nos convoca adquieren una especial relevancia y significación en el contexto actual. La posibilidad de que la dignidad humana se niegue y trasgreda no debe verse como una cuestión del pasado, es un riesgo presente, una realidad. La forma como respondamos a los retos que se nos presentan formará parte de la memoria que leguemos a las generaciones futuras. En razón de ello, considero relevante que realicemos en lugares como este Museo, que es un espacio público de la memoria, actividades que refuercen en nuestra sociedad la conciencia sobre el valor de los derechos humanos, así como la larga ruta y las luchas que han propiciado llegar a su estatus actual de reconocimiento. Un valor y condición que no debemos permitir que se pierda.

La peor traición que podríamos hacer a la memoria es voltear la cara y no enfrentar la realidad que se está construyendo. La paz, la tolerancia, el entendimiento, el respeto mutuo y la concordia no pueden dejar de ser las bases que sustenten la convivencia entre los países y las personas.


Muchas gracias

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