De la Mesa de Redacción
De nuestra afiliada La Voz de América
Pero en estos días de crisis y alboroto la sugerencia estuvo
a punto de causar otra controversia.
Se suponía que nadie más la oiría, pero los micrófonos
captaron la conversación.
“Es hermosa”, dijo Trump al recibir el sable de manos de uno
de los graduados. “Muchas, muchas gracias”.
Trump luego posó para una foto con la espada y el cadete que
se la entregó, antes de sentarse de regreso con Kelly, su secretario de
Seguridad Nacional.
“Use eso contra la prensa, señor”, dice Kelly al oído del
presidente.
“Sí, cierto”, contesta el presidente riendo por la
sugerencia, quizás pensando en lo que acababa de decir a los cadetes en su
discurso: “Miren la forma en que he sido tratado recientemente, especialmente
por los medios. Ningún político en la historia —y se los digo con gran
seguridad— ha sido peor tratado o de forma más injusta”.
O tal vez pensó Trump en lo que —según el New York Times—
dijo en febrero al exdirector del FBI, James Comey: que debería considerar
meter a la cárcel a los periodistas que publiquen información secreta.
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