* Nuevo informe CEPAL-OIT indica que el aumento de la desocupación promedio regional en 2016 fue el mayor incremento anual en dos décadas. También se entrega un análisis sobre las características de la inserción de los inmigrantes en el mundo del trabajo
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Aumentará en 2017 al 9.2 por ciento la tasa promedio de
desempleo urbano de América Latina y el Caribe en un año marcado por un modesto
crecimiento económico que no será suficiente para contrarrestar las condiciones
de debilidad del mercado laboral, según un nuevo informe dado a conocer en
Santiago de Chile por la CEPAL y la Organización Internacional del Trabajo
(OIT).
En la nueva edición de su publicación conjunta Coyuntura
Laboral en América Latina y el Caribe , que analiza el desempeño del mercado
laboral regional en 2016, los dos organismos señalan que en ese año la tasa de
desempleo urbano aumentó a 8,9% desde el 7,3% de 2015, el mayor incremento
anual en más de dos décadas, lo cual ha sido atribuido a la profundización de
la crisis económica expresada en un segundo año de contracción del producto
interno bruto (PIB).
En vista del modesto crecimiento económico regional de 1,1%
que CEPAL y OIT estiman para el presente año, es muy probable que se mantengan
las condiciones de debilidad del mercado laboral en 2017, particularmente en lo
que se refiere a la creación de nuevos trabajos y a las características de los
empleos existentes y futuros.
Específicamente, se proyecta un nuevo, si bien más acotado,
aumento de 0,3 puntos porcentuales la tasa de desempleo urbano regional que se
ubicaría en el promedio del año en alrededor de un 9,2%, principalmente por la
debilidad de la generación de empleo asalariado que incidiría en que la tasa de
ocupación (proporción de la población en edad de trabajar que se encuentra
ocupada) volvería a caer.
“En vista de que el empleo es la llave maestra para reducir
la pobreza y la excesiva desigualdad en la región, las tendencias laborales
recientes son altamente preocupantes. En efecto, se han frenado los avances en
el combate de estos flagelos, lo que constituye un llamado a duplicar los
esfuerzos para ‘promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y
sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos’, tal
como lo establece el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) N⁰ 8 ”, advierten Alicia Bárcena,
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), y José Manuel Salazar, Director Regional de la OIT, en el prólogo del
documento.
En 2016, 13 países experimentaron un incremento de la tasa
de desempleo urbana, mientras que ocho registraron una caída o mantuvieron el
mismo nivel de 2015. Este desempeño contrasta con lo observado en 2015, cuando
en ocho países la tasa de desempleo aumentó, mientras que en 13 disminuyó o se
mantuvo.
El informe reconoce también un incremento del trabajo por
cuenta propia el cual, sobre todo en el contexto de una débil generación de
empleo asalariado, se caracteriza por ingresos bajos e inestables. Esto implica
un deterioro de la calidad media del empleo, lo cual se refleja también en las
bajas (y en varios casos negativas) tasas de crecimiento del empleo registrado
y en aumentos salariales más bajos, agrega.
La última edición de Coyuntura Laboral en América Latina y
el Caribe recuerda además que un deterioro de las condiciones laborales suele
afectar, más que todo, a los grupos vulnerables, entre los cuales se
encuentran, a la par de mujeres y jóvenes de bajo nivel de educación, los
inmigrantes.
Con respecto a estos últimos, utilizando información de los
censos de población y encuestas de
hogares, se presenta un panorama general de su inserción laboral en los países
de la región, tema de creciente relevancia en vista de que la migración
intrarregional ha adquirido gran importancia en el contexto de la
desaceleración de la emigración hacia otras regiones.
Según el documento, se calcula que 28,5 millones de personas
emigraron de sus respectivos territorios de origen en la región alrededor de
2010 (4,8% del total de su población), mientras que los países del continente
habían recibido más de 7,6 millones de personas que corresponden a 1,3% de su
población.
En el documento se diferencia entre los países según las
magnitudes y características de la inmigración. Específicamente en aquellos con
fuertes flujos migratorios recientes, los inmigrantes tienen ingresos medios
más bajos que los de los nativos, sufren elevados niveles de informalidad
laboral y poseen una cobertura de seguridad social significativamente más baja
que los ocupados nativos, en especial las mujeres migrantes.
En tanto, en casi todas las naciones cubiertas en el estudio
(Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá,
Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela), más de 80% de la
población inmigrante económicamente activa proviene de países de la propia
región de América Latina y el Caribe, a excepción de los casos de Brasil y
México, así como Panamá, en este último país debido a una presencia importante
de inmigrantes asiáticos, sobre todo de China e India.
De acuerdo con CEPAL y OIT, los resultados de la
investigación subrayan la importancia de fortalecer los mecanismos de
integración laboral, para lo cual es indispensable una perspectiva de género.
Para ello en el informe también se revisan las políticas requeridas para
fomentar la inserción de los trabajadores migrantes a empleos productivos y
trabajo decente y los avances recientes en la agenda de desarrollo
internacional.
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