Análisis a Fondo
* ¿Cree, presidente, que creyeron en su promesa?
* Pero urge encarcelar a por lo menos un asesino
Por Francisco GÓMEZ MAZA
Para Arcano Radio
Si los periodistas hubieran sido importantísimos personajes
de la clase política o de la empresarial,, o de la familia de Atlacomulco, sus
asesinos estarán ya todos en la cárcel y condenados a cientos de años de
prisión. Pero no. Las promesas acaloradas por la emoción de los reporteros
contestatarios se han quedado en eso. En exclamaciones emotivas. “¡Este crimen
no quedará impune!”. Pamplinas. Todos los asesinatos de periodistas quedan
impunes. Pareciera que es mejor que los periodistas incómodos desaparezcan, que
haya una “limpia” de críticos y destapa cloacas, de dogwatchers que duermen, si
es que duermen, con los ojos abiertos.
Me duele que las autoridades gubernamentales y concretamente
el presidente digan mentiras. ¡Este crimen no quedará impune! Mentira. Todos
los asesinatos de periodistas han quedado impunes. Me temo que hasta el autor
del homicidio del maestro Manuel Buen Día, ocurrido hace ya unos ayeres, quedó
impune. Que el condenado fue un chivo expiatorio. Me temo que el asesinato de
Luis Donaldo Colosio está impune también y que el que está cumpliendo la
condena por ello es inocente. Quién los mató.
Y esta situación duele profundamente. Es vergonzoso que del
primero de enero al 18 de mayo, que es este jueves – menos de cinco meses –
hayan sido asesinados seis compañeros periodistas. Y no se sabe quién los mató,
por qué los mató, quién – narco o político, o narco político – los mandó
asesinar. En ningún caso el presidente ha cumplido su promesa. Los asesinos
andan en la calle como el policía que se mueve de un lado a otro, o el marco
que va y viene de su zona de influencia a la Ciudad de México que ha convertido
en su centro de operaciones financieras.
Quién mató a Javier Valdez Cárdenas. Quién mató a Filiberto
Álvarez.. Quién mató a Max Rodríguez.. Quién mató a Mirlaba Brecha. Quién mató
a Ricardo Moni Cabrera. Quién mató a Cecilio Pineda. Qué importa de dónde eran.
Ahora ya son de la tierra. Ya no tienen patria. Ya no tienen vida. Ya no tienen
cuerpo, ni ojos, ni nariz, ni oídos, ni tacto, ni olfato. Ya no son Dogwatches
porque ya volvieron al polvo. Y ello duele porque fueron vidas productivas, y
sobre todo periodísticas, por incómodas. Excelentes periodistas porque eran
buenos seres humanos. Un ser humano que es malo no puede ser un buen periodista.
Pero todos muertos. Y pese a las promesas del presidente,
nadie sabe quién los asesinó. Es más, qué importa. Como los asesinos de los 43
normalistas de Ayotzinapa. Qué importa quién el mato. Y ellos saben quiénes
fueron, pero jamás lo revelarán. ¿Sabrán quiénes son los asesinos de los
colegas periodistas y no revelarán su nombre? A veces me temo que sí, que
pueden saberlo, pero hay tantos y tan importantes intereses que revelar esos
nombres sería el caos para los poderes reales y los poderes fácticos, que son
socios.
Señor presidente, ninguno de los periodistas que estuvo
presente cuando usted pidió un minuto de silencio por los periodistas muertos y
cuando dijo que esas muertes no quedarán impunes, le creyó. Ya la gente no le
cree. Menos los periodistas. Si quiere recuperar la fe de los mexicanos haga
algo que parezca heroico. Presente a los asesinos de los asesinados en este
país, que no sólo son periodistas, no solo son seis. Son miles. ¿Le parece
justo contabilizar unos 30 mil? Se me hace poco.
Es muy fácil asegurar que los asesinos son sicarios de la
delincuencia organizada o del narcotráfico. Muy fácil. Pero su procurador debe
de juntar los pelos de la mula en las manos, Detener, aprehender, a los
asesinos y probar en serio, con pruebas fidedignas,, que son los asesinos. Y
ya. Esto no puede esperar años,. Van a seguir matando gente. En este caso
periodistas que son los más odiados porque publican cuestiones que no le gustan
al hombre del poder ya sea político o fáctico. Si se da cuenta, todos los
asesinados fueron periodistas incómodos. Los otros, los boletineros, los
propagandistas no tienen ningún peligro de ser asesinados.
Y también habrá que investigar, pero ya, los levantones, los
secuestros de reporteros. El sábado 13 de mayo, siete periodistas fueron
agredidos y amenazados por un grupo de hombres armados que tenía instalado un
retén en el municipio de Acapetlahuaya, Guerrero. Los reporteros, que salieron
salvos del incidente, fueron a cubrir el ingreso de fuerzas federales al
municipio de San Miguel Totolapan,, donde lugareños formaron un grupo de
autodefensa para enfrentar los secuestros y extorsiones de La Familia
Michoacana y la banda delincuencial Los Tequileros. Los periodistas agredidos
son:
Hans Musielik, colaborador de Vice News, Pablo Pérez,
corresponsal de Hispano Post, Alejandro Ortiz, reportero de Bajo Palabra, Ángel
Galeana, reportero de Imagen TV, Jair Cabrera, fotógrafo de La Jornada, Sergio
Ocampo, corresponsal de La Jornada, Jorge Alberto Martínez, reportero de
Quadratin.
El 15 de mayo, la subdirectora comercial del Semanario El
Costeño, en Jalisco,, Sonia Córdova, fue atacada a tiros junto a su hijo
Jonathan Rodríguez, quien murió.
¿Y seguirá la cacería? El balón está en su cancha, señor
presidente.
@AFDiario
@analisisafondo
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